SOBRE MI Y MI FORMA DE TRABAJAR

Establecimiento del vínculo de apego

 

Para los niños, las figuras de apego son una referencia constante: les ofrecen seguridad, les sirven de soporte en momentos de desconcierto o angustia, les animan a explorar su entorno o a ser prudente, según la ocasión; también las buscan cuando desean compartir su alegría o la excitación de un descubrimiento, o cuando no saben exactamente cómo actuar en determinadas situaciones.

Cuando saben que pueden contar con su apoyo incondicional, van ganando confianza en sí mismos y en los demás, y esa tranquilidad les permite continuar descubriendo el mundo y disfrutando de él.

Actitud respetuosa

Aunque puede parecer una obviedad decir que debe respetarse a los niños, es frecuente observar actitudes poco delicadas y no muy consideradas hacia ellos: quitarles bruscamente cosas de las manos, abalanzarnos a limpiarles la cara o a sonarles la nariz sin cuidado ni previo aviso, llevarles de la mano a nuestro paso rápido, sin darnos cuenta de que realmente les arrastramos, burlarse “cariñosamente” de ellos, regañarles con acritud, gritarles…

Si con nuestro ejemplo les mostramos una actitud amable, asertiva y cariñosa, crecerán queriéndose y respetándose a sí mismos y a los demás.

Enfoque no directivo

 

El movimiento y juego libres son las actividades principales de los niños durante sus primeros años, les proporcionan experiencias de primera mano y son para ellos fuente directa de conocimiento y desarrollo sensorial, cognitivo y emocional. Observar su juego sin entrometernos en él nos permite conocer las preferencias de cada uno, sus habilidades y costumbres; eso no quiere decir que no haya juego compartido, ya que es fundamental para la consolidación de un vínculo sano entre el adulto y el niño y le facilitará a éste importantes pautas de comunicación y relación social.

Límites con afecto y relación con iguales

Los pequeños deben estar seguros del amor absoluto de sus adultos de referencia. Siempre. Sin excepción. Sin condiciones. Es posible ayudarles a regular sus emociones de manera no sólo constructiva, sino también empática y afectuosa, sin transmitirles ansiedad ni sensación de culpabilidad. Esta forma amorosa de establecer límites, unida a un ejemplo adecuado, proporcionará al niño una base segura sobre la que asentar su personalidad y construir sus relaciones con los demás.

Con respecto a las relaciones con sus iguales hay que ayudarles a encontrar la forma de relacionarse, todo lo social es cultural, no innato, lo aprenden de nosotros, sus modelos de referencia. Por este motivo es tan importante ayudarles en el encuentro con el otro, estableciendo las normas que consideremos adecuadas para la buena convivencia de todos y como siempre acompañar al gesto con la palabra. Así, día a día van interiorizando las normas, van adquiriendo herramientas sociales para relacionarse con el otro, para finalmente ser capaces de hacer uso de ellas.

En la etapa de 0 a 3 años es muy importante poder poner palabras a lo que sucede, a lo que viven, identificar lo que les ocurre, intentando siempre que reconozca lo que está sintiendo y ayudándole a expresarlo verbalmente.

Autorregulación y control de esfínteres

El proceso de dejar el pañal es un proceso natural de la vida de cualquier ser humano, cada persona es un mundo y es la propia naturaleza la que nos brinda la oportunidad de hacernos sentir cómodos con la nueva conquista de independencia que adquirimos en la infancia «controlar el esfínter». Porque la infancia es una continua conquista para ir adquiriendo poco a poco más grados de independencia…

Podemos decir que dejar el pañal debería ser un proceso respetuoso y natural, para ser más concretos, no podemos obligar a ningún niño a que deje el pañal ya que no hay una edad concreta en la que se “deba” dejar el pañal. Lo mejor es respetar los ritmos de cada niño ya que se trata de un proceso individual y que depende, en gran medida, de su desarrollo fisiológico y la madurez del sistema nervioso central, pero si que hay situaciones que nos permiten observar un cambio.

Por ejemplo: Tiene el pañal seco en varios cambios, avisa cuando se ha hecho pis y/o caca, muestra interés por ir al baño….

Desde una visión respetuosa podemos preparar el ambiente con todo lo necesario, para que se sienta cómodo: orinal, asiento, espejo, pápel del water, calzoncillos/bragas, pañales de entrenamiento, libros/cuentos, lavabo a mano (con pedestal o en el videt), Durante el proceso de retirada del pañal no usaremos ni premios ni castigos, ya que es genera que el niñ@ actué de acuerdo a las expectativas del adulto, es decir, sus acciones irán encaminadas a contentar al adulto y no a su necesidad de ser independiente.

Autorregulación y control de esfínteres

En lo referente a las diferentes pedagógicas, me gusta ir incorporando diversas aportaciones de cada uno de ellas según las circunstancias.

Durante mi recorrido me he dejado influenciar por diferente planteamientos educativos: Bowlby, María Montessori, Ausubel, Malaguzzi, Emmi Pikler,  Elinor Goldschmied, Rebeca wild, Reggio Emilia, Waldorf, Educación viva y libre, Nell….

Pero lo más importante creo que es guiarse por el sentido común y la naturalidad, teniendo en cuenta la observación y la experiencia, tratando siempre de que los niños y sus padres se sientan seguros y contentos, porque es posible una forma más humana y maternal de cuidar a los niños pequeños y de acompañar a sus familias.